Hola, holaa!
Sé que estáis esperando este post con muchas ganas, pero me fue imposible hacerlo anoche. Llegamos muy tarde y estaba demasiado cansada.
Pero ya estoy por aquí para contaros con detalle nuestro gran día por la gran manzana.
Como no podía ser de otra manera, empezamos el día bien tempranito para poder aprovechar al máximo el viaje. Quedamos a las 7 en el punto de encuentro y después de un par de horas de viaje y un poco de tráfico que nos retrasó un poco, llegamos a la gran ciudad.
Lo primero que hicimos fue coger un ferry que nos llevó al corazón de NYC, lo que nos permitió hacer unas fotos panorámicas de la ciudad y de la estatua de la libertad. Fue un paseo muy agradable y a l@s chic@s les gustó un montón.
Una vez terminado el trayecto, nos fuimos a ver el monumento homenaje a las torres gemelas. Es un sitio muy emotivo e interesante! Al contrario que la mayoría de las fuentes donde el agua suele salir hacia arriba, en este caso encontramos una fuente en la que el agua parece representar la caída de dichas torres. Como todos sabemos el 11 de Septiembre de 2001 fue el día en el que el atentado tuvo lugar. 10 años más tarde se inauguró este monumento conmemorativo. Alrededor de la fuente podemos encontrar el nombre de todos los que fueron heridos o murieron aquel día. Como ya he dicho, un lugar muy conmovedor.
Después de esto, cogimos el metro que nos llevó directos a Central Park. Es un parque urbano de dimensiones gigantes y está ubicado en el distrito de Manhattan. Anduvimos un rato por allí, nos hicimos montones de fotos y también estuvimos en el monumento que fue erigido en nombre a John Lennon, componente de los Beatles.
De aquí nos fuimos a Bryant Park, desde donde pudimos ver el Empire State, que fue durante unos años el rascacielos más alto del mundo. Nos hubiera gustado subir y ver NYC desde lo más alto, pero las colas para entrar son siempre muuuy largas. Si hacíamos eso, no tendríamos tiempo para ver nada más. De todas formas, yo me lo apunto para tener un motivo por el que volver a NY!!
Y por último nos dirigimos a Times Square, plaza situada en la esquina de Broadway y la Séptima Avenida. Como ya sabréis, es un icono mundial conocida por sus pantallas de anuncios enormes y luminosas. Allí tuvimos tiempo para hacernos fotos, ir de compras y disfrutar de la infinita energía de la ciudad, la que nunca duerme.
Finalmente, el autobús vino a por nosotros y después de un tráfico horrible pudimos salir de la ciudad e ir a cenar. Todos llenamos nuestra tripa con deliciosas pizzas antes de llegar al punto de encuentro.
Como ya os he dicho, fue un día frenético y terminamos todos cansadísimos; pero mereció mucho la pena!
Kisses ❤