Hay momentos cuando la comunicación escrita resulta ineficaz, cuando la palabra es un recurso inútil para describir una emoción. Por mucho que me empeñe en describir la emoción que vuestros hijos mostraron ayer en la fiesta de despedida, no vais a ser capaz de imaginarlo. Pero lo voy a intentar sabiendo de antemano que la derrota está garantizada.
Uno por uno vuestros hijos subieron al escenario y dedicaron unas palabras en inglés de afecto y agradecimiento a sus familias de acogida. El primer valiente en hacerlo fue Luis. La mayoría sospechábamos de su capacidad para encandilar a las chicas con su físico imponente y esa pizca de actitud chulete que al parecer vuelve loca a las chicas adolescentes. Pero pocos sabíamos de su capacidad para cautivar al público con sus palabras: no se puede alabar una familia con más vehemencia y sentimiento que lo que hizo Luis y posteriormente los demás alumnos. Su discurso fue sencillamente emocionante hasta tal punto que otro alumno del grupo (Eduardo) tuvo reparos (aunque finalmente subió) en subir al escenario por miedo a no estar a la altura.
Algunos discursos tardaron más de lo esperado no porque eran largos si no porque los alumnos que lo pronunciaban tenían problemas para completar las frases por las lágrimas que les impedían hablar con normalidad. Tal fue el caso de Lidia, Carolina y Adriana entre otros. Caso especialmente llamativo fue el Arantza: dudo mucho que sus glándulas lagrimales pueden generar más lágrimas para las próximas días después de lo que lloró. Tal fue su nivel de tristeza y emoción que lo único que parecía consolarla fue esos pocos minutos que se puso en solitario a tocar el piano ya sin la presencia del público. Las familias tomaron nota de estos elogios (frases como “ya sois parte de mi familia”, “si vais a España tenéis una habitación”, “ha sido el mejor verano de mi vida” etc) y actuaron en consecuencia respondiendo con unos discursos igual de emocionantes.
Entre lágrimas la madre Iván destacó lo fácil que era tratarle (utilizo la palabras “chill boy”) y lo extremadamente agradecido que era. El hermano pequeño de Álvaro Dionis insistió en reivindicar a su hermano como “el número uno” frente al padre de Luis quien había declarado a este como el verdadero número uno. La familia de Carolina declaró sin tapujos que de todos los alumnos que habían acogido, Carolina era la mejor sin duda…y lo decían totalmente en serio. El padre de Natalia rememoró con una mezcla de pena y eterno agradecimiento esos pequeños momentos que compartió con Natalia viendo la tercera temporada de Stranger Things. Pero de entre las muchas palabras que escuchamos probablemente la más conmovedora fue la de la madre de Paula. Confesó que estuvo apunto de de no acoger a Paula días antes de su llegada porque temía que tenia el cancer de mama. Pero a pesar de esto siguió adelante y decidió acoger. Finalmente los médicos descartaron lo peor y la madre destaca que uno de los aspectos que le dio fuerza para afrontar estos momentos fue Paula y su actitud positiva. Me encantaría hablar de más discursos que hubo pero sospecho que habéis venido aquí para leer un blog y no para leer una novela.
A la mayoría este acto de despedida nos parecía emocionante. Pero no a Raúl que miraba alrededor suyo alucinando sobre como el público podía tragar tal nivel de ñoñería colectiva. Por su reacción sospecho que Samuel compartía la opinión aunque también intuyó que los discursos les conmovieron más de lo que jamas admitirán. A todo esto que no me pase recordar que el grupo bailó La Macarena a las familias..lo agradezco sobre todo porque básicamente les obligué a hacerlo y lo hicieron con gracia.
Quiero concluir esta entrada agradeciendo a las familias..agradecerles por perder unos minutos de su vida para leer la entrada de este pesado. Pero sobre todo os quiero agradecer por la confianza que habéis depositado en CLS para hacer cargo de vuestros hijos durante estos cuatro semanas. Y al grupo..gracias por hacer que ser vuestro monitor está verano haya sido un placer. Con grupos como vosotros merece la pena repetir esto. ¡Os deseo un estupendo verano!
¡Un fuerte abrazo!