Los que somos de Madrid estábamos convencidos de que una de las ventajas de venir a California era dejar atrás ese calor seco y sofocante que le caracteriza en verano. Y en casi todos los días que hemos estado aquí así ha sido: calor agradable y soportable que además hemos podido aguantar mejor por las impresionantes playas que tenemos a nuestro alrededor. Pero el viernes parecía que estábamos en Madrid pero peor por la sensación térmica que la humedad causa. ¡Los termómetros llegaron a marcar los 47 grados! Hemos asistido al récord histórico en California superando uno anterior que había en 1933.
Menos mal que ese día la familia de acogida de Marcos invitó al grupo y las familias a un pool party (fiesta de piscina). Más allá de lo refrescante que resultaba tener una piscina, me alegré ver a todos los chavales juntos por primera vez desde nuestra llegada aquí. Tuvimos una barbacoa (pollo, salchichas, bacon, mac & cheese, helados etc.) y comprobé lo bien integrado que están los chavales con sus familias. En especial me llamó la atención lo bien que tanto Alejandra como Elena se preocupaban por sus hermanos pequeños..parecían verdaderos hermanos. ¡Ya os digo que cuando nos toca volver a España las familias echarán mucho de menos a las familias!
¡El martes nos toca excursión grupal a Hollywood..hay muchas ganas!