Un paso necesario para el aprendizaje del inglés es la práctica del idioma en un entorno académico. De esta forma, se corrigen errores, se amplía el vocabulario y se mejora el acento. Nuestras clases no son una continuación a las recibidas durante el curso académico. El verano es para aprovecharlo, pero también para divertirse. Se forman pequeños grupos supervisados por un profesor en los que se conversa sobre temas de actualidad y se practica el trabajo en equipo. Nos alejamos de clases aburridas y nos centramos en la práctica.
Si a este esfuerzo le sumamos la inmersión diaria en una familia local y lo premiamos con un completo programa de excursiones y actividades, logramos que estos cursos sean una excelente decisión para nuestro verano.